C. 136 & 137 - 2008 - "El espejo"
A veces pienso que todo lo que nos rodea es un espejo. Cuando nos miramos al espejo, ¿lo hacemos para ver como nos ven los demás? ¿o para ver si el espejo nos devuelve la imagen que tenemos de nosotros mismos?
A veces lo que más odiamos de los demás, es un reflejo de lo que más odiamos de nosotros mismos.
Los espejos pueden ser traicioneros. Uno puede perderse en un espejo, como Narciso que de tan enamorado de si mismo, de tanto mirarse en el reflejo del lago se ahogo.
Hay espejos en los que queremos reflejarnos, otros en los que uno ve lo que quiere ver, pero tambien lo que no quiere ver. Espejos en los que no queremos mirarnos, en los que uno no se reconoce.
Si no te gusta lo que ves en el espejo no ganas nada rompiendolo. Uno elige que ver en el espejo, puede ver ese rasgo que detesta o puede ver que tiene una sonrisa hermosa. ¿Quién no miro alguna vez en el espejo una imagen de si mismo que no le gusto? No hay que luchar con el espejo, es una pelea perdida de antemano, sin sentido. Si no te gusta lo que ves en el espejo, reite, te vas a empezar a gustar un poco mas. El espejo no miente, nos muestra las cosas tal cual son, nos muestra lo que tenemos. Y también nos muestra lo que nos falta.
Con nuestros ojos podemos ver todo, salvo a nosotros mismos, para eso, necesitamos un espejo.
Mientras nos miremos en espejos equivocados, solo tendremos destrucción.
Hace falta mucho coraje para mirarse al espejo y aceptar lo que vemos. No existe el espejo que nos muestre lo que queremos ver, solo hay que mirarse al espejo y aceptar lo que vemos... porque eso, nos guste o no, es lo que somos.
"Hace siete años rompí un espejo, ahora sé lo que ví...ví el mounstruo que habitaba en mí.
No quise verlo hasta hoy, el mounstruo que tanto busque afuera, estaba en mí. "
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