Hay que celebrar las bodas con muchas sonrisas y una lágrima. La sonrisa es para la buena ventura y la lágrima para acordarnos que la vida no es eterna.
En los funerales hay que llorar con muchas lágrimas y una sonrisa. La sonrisa para acordarnos que en la vida todo es una rueda, que lo que nace, nace para morir, y lo que muere, muere para nacer.
Pero no hay que ir a las bodas pensando en funerales, ni a los funerales pensando en bodas.
A la vida hay que aceptarla como es, con su día y su noche, con su llanto y su sonrisa. Hay que aceptar la vida como es, con sus bodas...y sus funerales.
AUTOR: Leo Calderone ("Casi ángeles" 2008 - C. 147 - 2008 - "Cuatro bodas y un funeral")
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