La angustia, el dolor, tienen sonido, suenan a nudo en la garganta, a lluvia y frío. El odio tiene sonido, suena a gritos incrustados la cabeza. El sonido de la debilidad, murmullos atormentados. Cuando solo somos silencio todas esas voces y sonidos se van alejando, desapareciendo, acallándose y sólo queda el sonido del silencio...
El silencio es nuestro encuentro clandestino, nuestra complicidad, cuando solo somos silencio diríamos tantas cosas...
¿Qué tiene el silencio?, ¿Porqué uno reza en silencio?, ¿Porqué el dolor es amigo del silencio?
Amar en silencio tiene un dejo de tristeza, sabe a tinta en el tintero, a amarrete, amas en silencio y un día te encontrás mudo, lleno de palabras, que te atormentan en silencio. Uno se queda sin palabras y llega el silencio, uno habla, habla, habla y no escucha, para escuchar primero hay que callar.
Cuando todo se va, se aleja... los gritos se acallan, los sonidos se desvanecen... ya no podemos escuchar el llanto de esa persona, su amor, ya no podemos decirle "te quiero", "te amo", ya no podemos pedirle perdón. Ya no hay murmullos ni susurros, ni el sonido de la respiración, todo se fue, sólo queda silencio.
El silencio es ausencia, como la luz en la oscuridad, nos muestra lo que no hay, lo que no está.
De chiquito no le tenía miedo a la oscuridad, sino al silencio. Nos asusta el silencio, como si le pudiesemos escuchar la voz al silencio.
Cuando sólo somos silencio, entendemos porqué tanto miedo al silencio, al sonido del silencio, todo se fue... y el resto es silencio...
AUTOR: Leo Calderone ("Casi ángeles" 2008 - C. 145 - 2008 - "El sonido del silencio")
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